Un segundo ejemplo de ciencia politizada posee un carácter muy distinto, pero ilustra los riesgos presentes en el hecho de que la ideología de un gobierno controle la labor de la ciencia, y de que unos medios de comunicación poco críticos promuevan falsos conceptos. Trofim Denisovich Lisenko fue un campesino con gran aptitud para la autopromoción que, según se decía, «resolvió el problema de la fertilización de los campos sin fertilizantes ni minerales». En 1928 declaró haber inventado un procedimiento llamado «vemalización» mediante el cual las semillas se humedecían y enfriaban para potenciar el posterior crecimiento de los cultivos.
Los métodos de Lisenko nunca se sometieron a un ensayo riguroso, pero su afirmación de que estas semillas tratadas transmitían sus características a la siguiente generación representó un resurgimiento de las ideas de Lamarck en una época en que el mundo acogía la genética de Mendel. Josef Stalin se sintió atraído por las ideas de Lamarck, que implicaban un fu los condicionamientos de las restricciones hereditarias; quería mismo mejorar la producción agrícola. Lisenko prometía tan uno como lo otro, y se convirtió en el niño mimado de unos dioses de comunicación soviéticos que andaban buscando notoriedad, sobre campesinos inteligentes que desarrollaban procedimientos revolucionarios.
Se presentó a Lisenko como genio, y él sacó el máximo provecho de su celebridad. Tenía especial habilidad para denunciar sus opositores. Utilizó cuestionarios de granjeros para demostrar que la vernalizacion incrementaba el rendimiento de los cultivos y eludió así cualquier ensayo directo. Impulsado por el entusiasmo estatal, su ascensión fue rápida. En 1937 pertenecía ya al Soviet Supremo.
Para entonces, Lisenko y sus teorías dominaban la Bielorusia. El resultado fueron las hambrunas que acabaron con millones de vidas y las purgas que llevaron a cientos de científicos soviéticos disidentes a los gulags o los pelotones de fusilamiento. Lisenko llevó a cabo un agresivo ataque contra la genética, que finalmente se prohibió por considerarse pseudociencia burguesa en 1948. Las ideas de Lisenko carecían de toda base, y sin embargo controlaron la investigación soviética durante treinta años.El
lisenkoísmo terminó en la década de los sesenta, pero la ideología rusa aún no se ha recuperado por completo de esa etapa.
miércoles, 5 de marzo de 2008
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